Lena Stoffel
Lena, además de esquiadora eres especialista en Slopestyle y en Freeride – trayectoria variada…
LENA Sí, pero he llegado a mi meta con el esquí. Haciendo slalom me he tenido que fijar en las puertas pero ahora voy por la naturaleza. Haciendo Slopestyle es un poco diferente, pero sigue siendo competición. Sobre todo cuando compites p. ej. en los X-Games te tienes que planificar los entrenos, viajar de evento en evento, de hotel a hotel.
Ahora ya no compites, pero sigues viajando mucho…..de otra forma …
LENA Exacto, hoy solo trabajo en mis proyectos de ensueño. Estoy fuera, exploro nuevos lugares, vivo nuevas experiencias y se trata de mucho más que del deporte. No es fácil gestionar una vida independiente, pero nunca renunciaría a la libertad.
»For freeriders, flexibility also is a safety aspect. You pick those spots where you have the best and safest conditions.«
¿Esto es lo que te llevó a la vida en un camper?
LENA Aline (Bock) y yo preguntamos a Sunlight si nos apoyarían para nuestro proyecto de película «Way North». Queríamos ir a Escandinavia con nuestro equipo de rodaje y Sunlight nos puso una autocaravana a nuestra disposición, fue increíble. Nada más ponerme en marcha, empecé a disfrutar del camino. Éramos tan flexibles, teníamos todo a bordo y fue tan divertido.
¿Y ahora te has pasado al Cliff?
LENA Sí, y es la solución perfecta, me encanta. Puedo ir al mejor lugar espontáneamente, puedo aparcar cerca del teleférico o en la costa, puedo dormir hasta tarde y seguir siendo la primera tanto en el teleférico como en el mar.
La flexibilidad es esencial para ti, ¿no?
LENA Absolutamente, tanto si estás buscando la ola perfecta o la mejor nieve. En invierno es un plus de seguridad. Podemos esquiar en lugares donde las condiciones son buenas y no tenemos que arriesgar tanto como otros que están limitados a un solo lugar.
¿Qué más te gusta del Cliff?
LENA Es muy fácil de conducir y compacto, pero a su vez espacioso. Abriendo la puerta lateral te sientes como si cocinaras en el exterior. Y cuando estás al borde de un acantilado, abres el portón trasero – las vistas al mar desde la cama no tienen precio.
